Entre Dresde y Praga teníamos nuestro último tirón de este primer mes de pedaleo. Nos quedaban 50 kilómetros hasta la frontera Checa y más de 180 para llegar a la famosa capital de la ex Checoslovaquia. Si bien la frutilla del postre de Alemania del Este fue la joya arquitectónica de Dresde, todavía nos quedaba pasar por algunos pueblitos que como koalas celosos quedaron aferrados en nuestra memoria.